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Las enfermedades tromboembólicas suelen ser frecuentes durante el embarazo y son ocasionadas por los cambios cardiovasculares y de coagulación, lo que aumenta hasta cinco veces más el riesgo de que la madre y el bebé resulten afectados. La trombosis es la formación de coágulos de sangre en las venas, lo que obstruye el flujo sanguíneo.

Para prevenir el riesgo del tromboembolismo, los profesionales de la salud recomiendan hacer ejercicio, evitar estar sentado o de pie por tiempos prolongados, cambiar de posición, sobre todo en viajes largos, realizar paseos o caminatas frecuentes, usar ropa holgada, reducir la sal en las comidas y elevar los pies con una almohada en la cama.

Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de tromboembolismo en el embarazo son:

• Edad materna mayor a 35 años

• Parto por cesárea

• Obesidad

• Parto prematuro

• Hemorragia obstétrica

• Hipertensión arterial crónica

• Tabaco

• Deshidratación

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