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El momento del parto es un acontecimiento importante, significa que ha llegado el final de la etapa de crecimiento del bebé, diversos cambios y preparación de la madre por la tan anhelada llegada del nuevo integrante de la familia.

El tipo de parto que se tendrá depende de muchos factores, entre los más relevantes están la posición del bebé, condiciones clínicas tanto de la madre como del hijo, decisión médica, deseo de la familia entre otras.

Los tipos de parto que abordaremos son el parto vaginal y la cesárea.

Parto vaginal

El bebé nace a través de la vagina gracias a los empujones que realiza la madre. La posición habitual en este parto se denomina litotomía. Esta postura consiste en estar la mujer recostada sobre la espalda y con los pies en alto a la altura del glúteo.

Cesárea

El parto por cesárea, también denominado parto abdominal, consiste en extraer al niño a través de una abertura a la altura del abdomen. Se trata, por tanto, de una intervención quirúrgica.

Este tipo de parto es el más común en partos de riesgo o embarazos múltiples.

El parto natural es casi siempre lo mejor, tanto para la madre como para el bebé.

La cesárea es una intervención quirúrgica, y, por tanto, conlleva más riesgos para la madre (sangrado, infección…). Además, los niños nacidos por parto natural se adaptan mejor respiratoriamente que los nacidos por cesárea.

En consecuencia, el parto natural será el tipo de parto ideal. Sin embargo, si hay una enfermedad materna, sufrimiento fetal o no evoluciona correctamente la dilatación, será mejor decantarse por una cesárea.

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