La fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda y potencialmente grave, transmitida por la picadura de mosquitos infectados. Aunque es prevenible mediante vacunación, sigue siendo una amenaza en zonas tropicales y selváticas, por lo que es de gran importancia conocer cómo se propaga, cuáles son sus síntomas y qué hacer para prevenirla.
Es una infección causada por un virus del género Flavivirus. Recibe su nombre por uno de sus síntomas más característicos: la ictericia, que causa un color amarillento en la piel y los ojos. Afecta principalmente al hígado y puede ser leve o grave, incluso mortal.
La enfermedad se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados, principalmente de los géneros Haemagogus, Sabethes (en zonas rurales o selváticas) y Aedes aegypti (en áreas urbanas).
Es importante destacar que no se transmite de persona a persona. La cadena de transmisión inicia cuando un mosquito pica a un humano o a un mono infectado y luego transmite el virus a otras personas.
Los síntomas suelen aparecer entre 3 y 6 días después de la picadura del mosquito. En su forma leve, puede parecer una gripe común, pero en casos graves compromete órganos vitales. Algunos de los síntomas más frecuentes incluyen:
En su fase más severa, puede causar fallas hepáticas, renales o cardíacas.
La principal medida de prevención es la vacuna contra la fiebre amarilla, que ofrece protección de por vida con una sola dosis. Se recomienda especialmente en personas que viven en zonas de riesgo o que van a viajar a regiones selváticas o tropicales.
Otras recomendaciones: