¡CUIDAMOS DE TI Y DE LOS QUE AMAS!

Desde hace 27 años convive con este trastorno con el que ha podido formar una familia y salir adelante gracias al acompañamiento oportuno de Cajacopi EPS.  

Por: Estefanía Pardo Donado

De sus 41 años de vida, Tatiana Vergara lleva 27 viviendo con convulsiones. Era una niña cuando le diagnosticaron epilepsia y a partir de ese momento cambió su rutina. Las actividades que hacía se limitaron y las responsabilidades para cuidar su salud aumentaron. 

Por ejemplo, durante su juventud, y a diferencia de sus amigas, Tatiana, guiada por las instrucciones de su madre, evitaba trasnocharse y consumir alcohol durante las fiestas a las que asistía. Su familia se volvió su apoyo y juntos aprendieron a actuar cada vez que una convulsión se presentaba. 

“Mi mamá me acompañaba a los controles con el neurólogo y estaba pendiente de mis medicamentos. Fui una joven que nunca tomó y trasnochó porque primero era mi salud”, recuerda Tatiana. 

Al principio le costó adaptarse, pues las convulsiones eran “muy fuertes”. Tatiana rememora que se caía al suelo, se mordía la lengua y tardaba en componerse pues se quedaba “ida” y sus nervios aumentaban. Sin embargo, con el pasar del tiempo, pudo aprender a vivir con su enfermedad y sostiene que esto no le impidió llevar una vida tranquila.

De hecho, Tatiana siente que, desde el nacimiento de su único hijo en 2010, disminuyeron la intensidad de las convulsiones. Ahora, su hijo, Josué David, aprendió a reconocer las señales y cada vez que Tatiana está a punto de convulsionar busca el alcohol y el pañuelo que conserva en la mesa de noche y la acompaña.

“Hoy le doy gracias a Dios por mi hijo porque desde que nació siento que he mejorado. Ahora, al perder el conocimiento, huelo alcohol y ya. Yo le he enseñado cómo se hace y junto a mi esposo se han convertido en un apoyo fundamental. Esto también gracias a mis medicamentos que controlo cada mes”. 

Es así como sagradamente asiste a sus controles mensuales para cerciorarse que todo esté en orden.  Para Tatiana, la atención de Cajacopi EPS ha sido “muy buena”, pues cada vez que necesita agendar una cita o recibir medicamentos la atienden “de manera oportuna”. 

“Cuando voy a Cajacopi EPS en seguida me atienden y me dicen a dónde debo dirigirme a reclamar lo que necesito. Siento que ha habido un acompañamiento oportuno desde mis 14 años”.  

Tatiana cuenta que, como familia, la “llenan mucho” de ánimo y de aliento para salir adelante. Los tres se aferran a su fe y están pendientes de los controles con el neurólogo. Ahora, solo espera salir adelante y volver a trabajar, pues dice que se siente lista para convertirse en una mujer totalmente independiente y ofrecerle a su familia una vida digna. 

“Todo va en la fe y el pensamiento que uno tenga. Si uno considera que se va a mejorar uno lo hará. Ese ha sido mi pensamiento y pues seguir el tratamiento como es y tomarse las pastillas a tiempo. Poder mejorarse está en uno”, finaliza. 

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